dejemos que rueden como molinos de viento los juicios ajenos, que tanto nos condenaran si hacemos las cosas como si no las hacemos.
Siempre habra un semejante nuestro dispuesto a decir que habriamos hecho mejor en obrar de otro modo.
Si triunfamos, ¿ que nos puede importar lo que hayan dicho de nosotros?
Si fracasamos, de nada nos servira que todos nos den la razon.
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