La base de un buen matrimonio, de un matrimonio razonablemente feliz (no existe ninguno feliz por completo) es la desigualdad, que es algo indispensable para que entre dos personas pueda existir admiracion mutua.
Solo se puede admirar aquello que no se posee.
Del libro " El despertar de la señorita Prim" de Natalia Sanmartin"
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